lunes, 12 de marzo de 2012

Para que se pueda sentir el ahorro que nos obsequia la Sundecop, tendríamos que cepillarnos los dientes 8 veces al día, ensuciar más la casa, arrugar más las ropa, que nos crezca más la chiva, que nuestros bebés hagan más de lo que ordinariamente pueden hacer metiéndoles más compotas a diestra y siniestra, que nuestras mujeres le venga el periodo más de tres veces al mes, que nos crezca más el cabello, o que tengamos que ir más a la poceta, todo porque la demanda de los productos rebajados es “inelástica”

         Fue el economista Pablo Polo, ex-director de la Escuela de Economía de la Universidad de Carabobo y  actual director del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la misma casa de estudio, quien nos hizo una buena observación en torno a nuestro artículo de la pasada semana sobre el ahorro  de menos de Bs. 100 con la reducción de precio de 19 productos que hizo la Sundecop, calculado por el mismo profesor Polo en Bs. 75, por tener tales productos  una demanda “inelástica”, veamos de que se trata.

 
Enseñan en los primeros semestres al estudiante de economía que la  elasticidad de la demanda”, es el grado en que la cantidad demandada (Q), responde a las variaciones de precios (P) del mercado. En este sentido, cuando la reducción del precio (P) hace que la cantidad demandada (Q) aumente  tanto que la multiplicación de P x Q sea mayor a la original, se presenta una demanda “elástica”. Así por ejemplo, si tenemos que si de 600 unidades de un producto pasamos a 800 unidades porque el precio disminuyó de Bs. 7 a Bs. 6,  decimos que tiene demanda elástica, porque la multiplicación de Bs. 6 x 800 unidades,  es mayor a la multiplicación original de  Bs. 7 x 600. O en otras palabras, cuando la variación porcentual de las cantidades demandas,  entre la variación del precio sea mayor a 1. Por el contrario, cuando la reducción del precio (P) hace que la cantidad demandada (Q) aumente muy poco o nada, donde la multiplicación de P x Q es menor a la original, se afirma que la demanda es “inelástica”,  en nuestro ejemplo si por efecto de la disminución en el precio de Bs. 7 a Bs. 6 se obtiene una demanda de 620 productos la  multiplicación de P x Q (Bs. 6 x 620), sería menor a la multiplicación original de Bs. 7 x 600, aquí notaríamos como la variación en las cantidades demandadas  entre la variación del precio sería menor que 1.

Lo que queremos decir aquí, es que por el hecho de que se bajen los precios de las toallas sanitarias, a las mujeres no les vendrá la popular regla más de tres veces  al mes para que consigan un ahorro, es decir su demanda no cambiará porque es inelástica; o porque bajen los precios del champú nos crecerá más cabello, o tengamos que ir más a la poceta porque bajaron el rollo del papel “tualet”. Es decir, en otras palabras, para que se pueda sentir el ahorro que nos obsequia la Sundecop, tendríamos que cepillarnos los dientes 8 veces al día, ensuciar más la casa, arrugar más las ropa, que nos crezca más la chiva, que nuestros bebés hagan más pupú de lo que ordinariamente pueden hacer metiéndoles más compotas a diestra y siniestra, que nos atragantemos más de agua o que sudemos muchos más corriendo o en el sexo, todo porque la demanda de esos productos es “inelástica”, con precio que disminuye y no aumentan las cantidades demandadas.   Ahora bien, lo único que no tiene inelasticidad allí de los 19 productos rebajados son los jugos, puesto que éstos si tienen una demanda elástica, ya que una  baja en sus  precios contribuye a que la gente tome más de este producto que es mucho mejor que beber refrescos, pero es el único caso de los 19 iniciales de la Sundecop.

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