El caso de la escandalosa destitución de
la presidenta del Banco Central, Edmée Betancourt, picara y se extenderá, no ocurría algo así
desde que en enero de 1984 había sido despedido por decreto presidencial,
Leopoldo Díaz Bruzual, aquel que apodaban “El Búfalo, quien presidia ese Ente
Prestor desde el año 1981, en aquella oportunidad Jaime Lusinchi, tuvo que
hacerlo de esa manera expedita e ilegal porque Díaz Bruzual no quería dejar el
coroto. A diferencia de aquel entonces, la Betancourt prefirió renunciar
perdiendo así algunos beneficios contenidos en la ley de la Bodega Central, en
consolación a esto, le ofrecieron la embajada de Brasil, pero la ex-presidenta
simplemente se fue, a cambio de nada y en silencio para evitarle un escándalo
más a la moribunda revolución. Sin embargo, de buena fuente valenciana, que es
de donde es ella, nos pudimos informar que aparte de la corrupción de Cadivi,
del Sitme, del Sicad, del Bandes, donde aparentemente hicieron lo que
hicieron sin su consentimiento, la gota
que rebasó el vaso de agua, fue porque se negó a imprimir los billetes de la
campaña electoral de diciembre.
La impresión de billetes a diestra y
siniestra para cubrir déficits fiscales, pagos de deuda, y gastos de campañas políticas,
es una de las tantas cosas nefasta que ha hecho la revolución. Fue
impresionante como desde el año 2010 hasta el 2011 el dinero circulante en
poder público pasó de Bs. 218.672 millones a Bs. 421.794 millones, lo que significó
en un año un aumento de casi ¡100%!, mientras que para el 2012 el mismo aumentó
en un 64%. Así las cosas, para el cierre de agosto de este año, las monedas y
billetes, así como los depósitos a la vista y los de ahorro, sobrepasaran la cifra astronómica de los ¡Bs.
850.000 millones!, camino sin lugar a dudar a superar el ¡billón de bolívares
fuertes! para el cierre del año en vista de la campaña electoral que se
avecina, dinero este que solo tienen peligrosamente un respaldo del 5% de la Bodega Central en tiempo real como lo
denunciamos el pasado 15 de julio de los corrientes, algo en lo cual la
Betancourt no estaba dispuesto a seguir haciendo, razón por la cual desde los
más alto exigieron su renuncia a cambio de la embajada de Brasil la cual no aceptó.
Ahora, la Betancourt no es la ex-presidente del
Banco Central con menos tiempo de duración en el cargo, el record lo tiene un
Chicago Boy’s del IESA: Miguel “paquetico” Rodríguez, quien duró en el cargo
entre el 25 de febrero y el 1 de abril de 1992, Rodríguez había sustituido al
inefable Pedro Tinoco y venía de algo que llamaban Cordiplan, siendo uno de los
responsables del Caracazo de 1989, y en vista de que nada tenía que ofrecer; el
presidente Pérez decidió su salida por
Ruth de Krivoy, la primera mujer presidenta del BCV, la misma que tuvo que
enfrentar la otra nefasta crisis bancaria de 1994. El “campeón” Tovar, si obedecerá,
acelerará a todo dar la máquina de hacer billetes en la Bodega Central, conoce
el monstruo por dentro ya que desde febrero de 2010 se desempeñó como el primer vicepresidente gerente de la
institución, estuvo en el Bandes y luego presidió Cadivi, es decir este es un
peón de ajedrez, hará lo que los dos reyes le digan que haga: ¡Jaque
Mate!.
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