Si bien es cierto, que en la ley de endeudamiento de cada año la Asamblea Nacional autoriza los montos a los que la nación puede recurrir, no es menos cierto asegurar, que la orden final de ese endeudamiento tiene que venir de mesmésemo presidente de la república, a través de las respectivas gacetas oficiales como claramente así lo especifica nuestro primer cuadro, estableciéndose en ellas el número del decreto, el de la emisión, el monto de cada una de ellas y el destino a la cual deben estar dirigidos, entre otras especificaciones. Ahora bien, en la página web de la Bodega Central de Venezuela en el link “Características de las emisiones de la deuda pública nacional”, el ente prestor de Pudrevsa, muestra un gigantesco cuadro donde de manera detallada lleva la contabilidad de estos bonos por número de emisión y decreto, código, fecha de emisión y de vencimiento del instrumento, monto en circulación, tasa de interés, entre otras características de los DPN desde el año 2006 hasta el presente, de los cuales nos interesa para nuestra piedra de hoy los registrados durante el pasado año, para demostrar con nuestro cuadro 1 el descalabro total en que se llevan los registro de nuestra deuda pública, y aunque el BCV se lave las manos como Pilatos sosteniendo que la información proviene del Ministerio de Planificación y Finanzas y Endeudamiento, en modo alguno se escapan de esta negligencia que a la larga también es su responsabilidad por la publicación de esta información.
Lo primero que observamos es que la emisión de bonos DPN número 715, establecido en la autorización presidencial bajo el decreto de Nº 7.989 de la gaceta oficial del cabalístico 11-1-11, tenía que ser de un total de Bs. 13.641 millones para el refinanciamiento de la deuda, y esta aparece registrado por Giordani por más de ¡Bs. 33.000 millones!, lo que viola abierta y siniestra el mandato de Chávez. Caso contrario sucede con el decreto Nº 7.990, donde el presidente autoriza casi Bs. 11.000 millones para el servicio de la deuda, y Finanzas registra Bs. 4.000 millones. Del mismo modo, Chávez ordena a través de su decreto Nº 7.990 unos Bs. 10.730 millones de DPN para la gestión fiscal y Giordani emite Bs. 13.448 millones por este concepto. En esta primera parte, la ley de endeudamiento 2011 que la Asamblea Nacional y Chávez estableció en Bs. 45.003 millones, Giordani la violó descaradamente en casi Bs. 7.000 millones, y que no nos venga a decir el esperpento llorón, que la diferencia está en la circulación de las Letras del Tesoro, puesto que estas también tienen su decreto presidencial aparte, como lo fue el número 7.988, como así lo indica la gaceta oficial del 11 de enero del pasado año.
El registro del endeudamiento complementario que llegaría a mediados del pasado año sería aún mucho más dramático, puesto que en la gaceta oficial del 12 de julio 2011 existe una autorización presidencial de Bs. 45.000 millones, y Giordani solo emitió Bs. 3.600 millones referido al decreto Nº 8.323 de los recursos para los desastres naturales, cuando Chávez solo había autorizado para éstos Bs. 5.000 millones, lo que significa que desde el punto de vista de este registro el esperpento del llorón de Giordani no emitió los bonos destinados a la Misión Agro , Vivienda y Trabajo puntuales de la revolución?. A nuestro juicio claro que lo hizo, pero no los registró como claramente podemos observar en nuestro segundo cuadro. Lo otro que no señaló quien ha sido considerado recientemente como el peor ministro de finanzas en toda Latinoamérica, fueron los Soberanos 2031 y 2026 emitidos respectivamente durante julio y octubre del pasado año por 4.200 y 3.000 millones de dólares respectivamente. Estos según su base legal tenían que haberse emitido bajo los parámetros de la ley de endeudamiento complementario, y como se ve tales también brillan por su ausencia con sus casi Bs. 31.000 millones al tipo de cambio oficial.
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