Hace más de un año el ex-ministro de Alí Rodríguez Ali-cate que intenta a toda costa evitar la crónica de un colapso eléctrico anunciado hizo una oferta especial de bonos de la Deuda Pública Nacional (DPN) por Bs. 6.000 millones, dirigidos especialmente a las Cajas de Ahorro del Sector Público -con un número mayor a cinco mil asociados-, los Fondos de Pensiones y Jubilaciones de la Administración Pública , así como Otras Instituciones Públicas. La idea de tal emisión era clara, meterle la mano a los fondos de estas instituciones para que con dinero seguro financiar parte de la Gestión Fiscal del pasado año, es decir, endeudarse para hacer gastos que no tienen retorno de la inversión para posteriormente pagar esa deuda. En marzo de este año, la misma tónica se aplicó, pero esta vez los Bonos DPN por Bs. 3.500 millones fueron ofrecidos exclusivamente al requete-quebrado Banco Industrial de Venezuela y el Banco del Tesoro y de la misma forma que los anteriores, tales recursos fueron utilizados para la misma Gestión Fiscal, pero ahora de este año. Hoy en día la historia se vuelve a repetir, toda vez que Giordani ofrece de manera exclusiva nuevos bonos DPN por la cantidad de Bs. 10.000 millones con vencimiento en los años 2015, 2017, 2018 y 2019, a las principales Entidades del Sector Financiero Público como el Banco de Venezuela (BDV), el Banco Industrial de Venezuela, again, el Banco del Tesoro, también again, y el Fondo de Protección Social de los Depósitos Bancarios (FOGADE), con la salvedad de que aparte de que tales recursos también serán utilizados para la gestión fiscal, los mismos del mismo modo se destinarán al pago del servicio de la deuda pública, es decir, más gastos sin retribución alguna de capital.
En otras palabras, por un lado, con los bonos Soberanos y los Petrobonos se esta endeudando al país en dólares para recibir bolívares, muy distinto a lo que hacia la cuarta República que con todo y lo desgraciada que fue, al menos se endeudaba en dólares, recibiendo dólares. Por otro lado, se endeuda al país para cubrir gastos de gestión fiscal y pagos de servicio de deuda que como dijimos antes no tienen retorno de inversión para pagar luego el dinero que se esta adquiriendo, por lo que en futuro no quedara otra que seguirse endeudando para pagar la deuda anterior, en un proceso también archiconocido como “reciclaje de deuda”. Y por el otro lado, en esta maldición de que el Estado se endeude del mismo modo con instituciones públicas, en un proceso que se conoce como la “deuda del Estado dentro del mismo Estado”, que lleva a todo un ciclo vicioso de pagar y darse el vuelto dentro del mismo Estado. Sobre esta última tenemos que según el último Boletín de Prensa publicado por la Sudeban de mayo de este año, de los Bs. 61.442 millones que posee el sistema bancario en Bonos DPN y otras obligaciones del gobierno nacional, casi Bs. 30.000 millones, es decir, el 49% de éstos, esta en manos del banco Venezuela, Bicentenario, del Tesoro y el Industrial, o en otras palabras para ser más específicos, lo que tienen en bonos DPN el resto de los 18 bancos que conforman el sistema bancario nacional, es casi lo mismo a lo que tienen sólo 4 bancos del Estado, que desgracia ajena!.
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