martes, 22 de mayo de 2012

La emisión de los nuevos US$ 3.000 millones del Pudrebono 2035 no escapará de las trácalas, fraudes y subterfugios financieros que desde hace tiempo tiene el Banco Central con PDVSA que ya llega a casi US$ 12.000 millones con pagos de intereses anuales de por lo menos US$ 1.000 millones


Cronológicamente las transacciones oscuras entre Pudrevsa y la Bodega  Central de Venezuela comenzaron cuando el 5 de agosto del año  2010, la estatal petrolera reabrió el Pudrebono 2014 que había emitido en octubre de 2009  con  una tasa de rendimiento anual de 4,90%, para completar un proceso de colocación privada de bonos  por US$ 1.587 millones  siendo  adjudicada directamente a la BCV. Para enero de 2011  la estatal petrolera  realizaría en los mismos términos y condiciones la reapertura de otro bono, el Pudrebono 2017  emitido en  octubre de 2010 con  cupón de 8,5% por US$ 3.150 millones, mediante  otra colocación privada y directa dirigida a la BCV y a otros fondos. ¡Otro, bono más!,  se reabriría a mediados del pasado año,  y una vez  más se le adjudicaría directamente a la Bodega Central, se trataba del PDV 2013 que había sido aquel que se ofreció por US$ 3.000 millones a tres años con cupón al 8%, para canjearlo por  los US$ 3.000 millones de los Petrobonos 2011, bajo tal situación la BCV compró US$ 1.372 millones para que Pudrevsa completara la plata para poder saldar aquellos  Petrobonos 2011. Para noviembre de ese mismo año la estatal petrolera completaría otro proceso más de colocación privada  con el ente emisor con la emisión de PDV 2021 por US$ 2.394 millones, amortizable para los años 2019, 2020, y 2021 con una tasa de interés del 8%.

 Todas estas transacciones fueron más “tramparente” que cualquier otra cosa, toda vez que por ejemplo en la reapertura del PDV 17, Pudrevsa sostiene que en esta operación se colocaron bonos con un valor nominal de US$ 2.844 millones (de hecho es la única reapertura que habla de este tipo de valor), generándose al mismo tiempo un descuento de US$ 954 millones y una ganancia de US$ 99 millones que no se especifican al detalle por ningún  lado, donde lo único que se sabe es que tales bonos  o algunos de ellos se destinaron para la cancelación de pagarés con la BCV u otras instituciones financieras, hablándose en aquel momento del pago de estos papeles por casi US$ 2.000 millones, pero nunca se indica bajo qué condiciones financieras estaban estos pagarés, para así poder hacer cálculos de valor presente neto, importantes en este tipo de transacción para ver si en realidad Pudrevsa ganó o perdió al pagar deuda vieja con nueva. Del mismo modo, la propia empresa no señala nada al respecto en lo referente a que cuando reabrió el Pudrebono 2013 quedó  enquesada  en US$ 1.544 millones, puesto que la emisión original de ese bono se había hecho a razón de US$ 1.000 por US$ 1.125, por lo que al emitir  US$ 1.372 millones bajo esta condición la nueva deuda asumida tuvo que haber sido de US$ 1.544 millones (1.372 x 1,125), aquí Pudrevsa solo sostiene que en dicha operación consiguió un descuento de US$ 93 millones y una ganancia de US$ 208 millones, pero como en el caso anterior esto sólo lo sabrá la tumba de Ramírez. 

En cuanto a la emisión del  Bono 2021 de  noviembre del pasado año por US$ 2.394 millones,  todos adjudicados también a la Bodega Central, Pudrevsa solo sostiene que recibió US$ 435 millones  en efectivo, canjeando la diferencia por bonos emitidos previamente con vencimiento en el año 2013, lo que generó un descuento de US$ 867 millones y una ganancia de US$ 96 millones, desconociéndose aquí por completo el monto  de los Bonos 2013 que fueron pagados con el 2021. En estas cuentas  debemos agregar, que la estatal petrolera  nunca menciona tampoco en su informe financiero y operacional del pasado año como pagó los US$ 3.000 millones del Petrobono 2011, sosteniendo que solo lo hizo el 7 de julio del pasado año. De estas trácalas, fraudes y subterfugios financieros entre Pudrevsa y la BCV que ya llega a casi US$ 12.000 millones con pago de intereses de por lo menos US$ 1.000 millones anuales  incluyendo la última emisión, no  escapará el Pudrebono 2035 por US$ 3.000 millones de reciente data,  con cupón de 9,75% y con vencimientos anuales, iguales y consecutivos en los años 2033, 2034 y 2035 que se hizo mediante ¡otra,  colocación más! privada y directa dirigida a la Bodega Central de Venezuela  y la Banca Pública, donde se fregaron todos aquellos que estaban esperando dicha emisión para poder adquirir dólares, aunque éstos bonos sí podrán ser adquiridos en el mercado secundario por todos aquellos inversionistas en los Estados Unidos cuyo patrimonio sea de un palo de dólares, como así lo sostiene la propia empresa petrolera en su prospecto de emisión ¡cosas veréis Sancho!.

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