viernes, 4 de noviembre de 2011

Los funcionarios del gobierno envueltos en la emisión de los US$ 7.200 millones de bonos Soberanos de este año se han metido en sus bolsillos más US$ 72 millones ¡libres de impuesto sobre la renta!

        Nos iremos a la tumba gritándolo a los cuatro vientos, la única razón para que se endeude un país con un barril de petróleo a  US$ 100 es que tal política representa un negocio oneroso para los funcionarios gubernamentales involucrados en ella en contra de los intereses nacionales, y como lo digo en mi libro “La Piedra de Sísifo” (La Maldición de la Deuda Pública en Venezuela 1976-2038), fue así en el pasado, en el presente y por los vientos que soplan lo seguirá siendo así en el futuro.  Un ejemplo muy ilustrativo  a lo que nos estamos refiriendo fue de aquel empréstito de 1862 que contrató el Secretario de Hacienda de la República,  Hilarión Nadal por  un millón de libras esterlinas con los agentes  Baring Brothers and Company, en esa oportunidad el funcionario al entregar sus cuentas, “honestamente” apuntó que por el servicio a la patria se había quedado con el 2,53% de lo negociado por Venezuela, comisión ésta que en los tiempos actuales no baja del 1%, quedándonos de hecho muy cortos, pero que es la misma que cobran los intermediarios a sus clientes, todo lo cual indica que Giordani y sus secuaces con los US$ 7.200 millones de deuda emitida este año por el Ministerio de Finanzas (Soberanos 2031 y 2026)  se han llevado a sus bolsillos la módica suma de US$ 72 millones (US$ 7.200 millones x 0,01) ¡libres de impuesto sobre la renta!, lo que significan ¡más de  Bs.F. 300 millones!.

La prueba  de ello, es la forma como se publican los resultados, donde nunca se sabe en orden descendente, a quienes o a que empresa le fueron otorgados lo benditos bonos, de hacer eso es donde se observará sin duda alguna la preferencia que tiene el esperpento llorón de Giordani y sus secuaces por sus clientes favoritos a las cuales le son otorgados los dólares. Aquí el Merentes no se queda atrás, su participación consiste en “excluir” los bonos del cálculo de la posición en moneda extranjera de la banca, eso tampoco es gratis, puesto que con esto los bancos pueden superar “legalmente” la tenencia de divisas más allá del 30% de su recursos propios al recibir los bonos en dólares obsequiados  por Giordani, algo que fue parte del “lavado de bonos” que llevaron a cabo los traficantes de dólares en el país durante el 2009. Así las cosas, Merentes cobra doble comisión por hacer la “exclusión”, y por el monto de los bonos que les puede conseguir a sus amigotes de la banca.

En este contexto vale la pena recordar un hecho insólito ocurrido sobre  el particular en el año 2009 cuando era ministro de finanzas Alí Rodríguez Araque. El 25 de agosto de ese año el Directorio de la Bodega Central había dado su opinión favorable sobre la emisión de los Bonos Soberanos 2019 y 2024, seguido a ello, el 1 de septiembre la Comisión de Finanzas de la AN  otorgó  la autorización de éstos, luego de eso el propio presidente Chávez el día 16 anunciaba la colocación de los US$ 5.000 millones.  En concordancia con la orden presidencial,  el día 23 se dio la autorización de tales en la reunión del Consejo de Ministros N° 646, para el día viernes 24 de septiembre los técnicos de Finanzas ya tenían listo el formato pdf del prospecto de la emisión, y a pesar de todo esto, inesperadamente el propio ministro Rodríguez Araque, anunció el día  sábado 26 ¡que lo bonos ya no iban!: “Venezuela no tiene previsto realizar nuevas emisiones de deuda pública soberana durante este año, había afirmado de manera pública y notoria en rueda de prensa. Sin embargo, como sabemos la emisión salió a la primera hora de la mañana del  lunes 28 de septiembre, ¿y entonces qué era lo que había pasado?, la respuesta ya la saben ustedes ¡no estaba cuadrada la comisión del ministro!. 


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