lunes, 20 de junio de 2011

Banqueros y capitalistas neoliberales serán quienes compraran al gobierno la millonada de bonos DPN de este año

Como sabemos la deuda interna del gobierno central cerró en diciembre 2010 -que es la última estadística publicada por el Ministerio del Poder Popular de Planificación, Finanzas y “Endeudamiento”-, en Bs. 90.310 millones, si de ese monto Bs. 83.652 millones son bonos de la deuda pública nacional (DPN), estos representan el 93% de ese total, y si hasta esa fecha habían en circulación Bs. 4.563 millones en Letras del Tesoro, éstas representaban entonces el 5% del total siendo el resto compromisos de pagarés. Ahora bien, si tomamos en cuenta que el sector bancario del país tenía inversiones en títulos valores para la misma fecha de Bs. 44.236 millones en bonos y obligaciones de DPN, indicaba con pelos y señales que el sistema bancario del país es acreedor del 53% de esta deuda. De ese total, el 48% pertenecía al sector bancario privado, mientras que el restante 52% pertenecía a la banca del Estado!, encabezado por el Banco Bicentenario con Bs. 8.702 millones de bonos DPN, seguido del Venezuela con casi Bs. 6.000 millones, dejando en el tercer lugar al eterno quebrado de Industrial con Bs. 3.576 millones, siendo el cuarto el Banco del Tesoro con Bs. 4.500 millones, quedándose el Banco Agrícola en el último puesto con unos Bs. 142 millones en bonos DPN, en lo que eternamente se ha conocido como “la deuda del Estado dentro del propio Estado”.

En estas cuentas, si el sector bancario del país posee el 53% del total de las obligaciones internas del gobierno, se sobreentiende entonces que el 47% restante esta en manos de grandes capitalistas y corruptos adinerados que abundan en este gobierno, que son los mismo que como caimán en boca de caño esperaran la emisión de deuda por más de Bs. 110.000 millones para este año, puesto que la clase media del país no estará interesada en esta emisiones de papel con un devaluado bolívar, cuando mucho, en una emisión en dólares, pero éstos inmediatamente serán vendidos. De esta manera serán los “adinerados” buenos o malos, legales o ilegales, quienes le sacaran las “patas del barro” al Socialismo del Siglo XXI para que este puedan cumplir con los planes de vivienda, trabajo y agroalimentación, es decir la poderosa revolución bolivariana quedará “enquesada” con la odiada burguesía del modo de producción capitalista, pero, ¿ser rico, no era que es malo?

Como ya lo hemos dicho en reiteradas oportunidades desde hace muchos años, la contratación de deuda y ahora las emisiones, han representado un “negocio cíclico y oneroso” para todos los involucrados en ella, como esta explicada en mi libro “La Piedra de Sísifo” de pronta publicación. De un lado están en su mayoría los capitalistas salvajes neoliberales, insaciables banqueros, inversionistas agiotistas, adinerados corruptos, sanguijuelas financieras, especuladores de oficio, despiadados avaros y los traficantes de dinero que nunca faltan, quienes aseguran altas ganancias sin ningún tipo de riesgo, sin ningún esfuerzo productivo, exonerados de cualquier impuesto nacional, obtienen lucros que no conseguirían en otra parte ni a mediano ni a largo plazo, saben que no es el gobierno de turno el responsable de tales papeles, sino el Estado, por lo que allí estarían las reservas del BCV de presentarse cualquier percance, en fin, son los invitados de honor en este festín, en tiempo de crisis, ante un gobierno negligente, irresponsable y populista, en este contexto son muy pocos los decentes que tendrán acceso a estos bonos. De lado del gobierno, se encuentran los comisionistas, ellos ganan por la información o la intermediación exacta que puedan brindar de la subasta o por adjudicación directa del deo milagroso de alguien, sus ganancias pueden oscilar entre 0,1 y 0,5% del total de los papeles emitidos, lo que entonces les generaría a estos caballeros para este año una “comisión legal” mínima de Bs. 600 millones, por la emisión de más de Bs. 110.000 millones. Allí pues estarán todos, esperando, por los papeles en sus diversas modalidades: Vebonos, Títulos con Interés Fijo, Variable, o con Interés y Capital Cubierto, Agrícola y cuanto modalidad se les ocurra, bonos de pie, parados, sentados, agachados, de lado, de cabeza, o en cuclillas, satisfaciendo a los insaciables “smeagols de la deuda”, ese prehistórico artrópodo, inhumano, nefasto y traidor que anda con los hobbits en “El Señor de los Anillos”, con la obsesión maldita de quererse apoderar de la poderosa sortija, en este caso: ¡mi papel, mi precioso papel!.

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