Históricamente los bonos se emiten a la par, a descuento, o con prima, por lo que el valor nominal del bono es siempre 100%, de esta manera, si el valor nominal de un bono es de US$ 3.000, y la prima sobre su valor es de 140%, el comprador debe desembolsar US$ 7.200, que son los US$ 3.000 del valor nominal y los US$ 4.200 que representa su 140% sobre el valor, o también podemos hacer que al tipo de cambio oficial de Bs. 2,15/US$, si lo compráramos en bolívares, le agregáramos 140% sobre este tipo de cambio, por lo que Bs. 2.15 x 1,40 = 3,01, de esta forma el tipo de cambio para comprar el bono sería de Bs. 5,16/US$ (2,15 + 3,01), de esta forma para la compra de un bono de US$ 3.000, el comprador tendría que desembolsar Bs.15.480 (3.000 x 5,16). La emisión con prima persigue un solo fin, que el emisor obtenga mucho mas dinero que con una emisión a la par, así por ejemplo en el caso anterior los US$ 7.200 que paga el cliente, hace que el emisor reciba dicha cantidad, pero solo queda endeudado con US$ 3.000, que es el valor nominal del bono, esa es la gran ventaja para el emisor. Pero en Venezuela la banca, casas de bolsas y sociedades de corretaje cambiaron la lógica matemática.
Así las cosas, en el prospecto de la recién emisión de los US$ 5.000 millones de bonos Soberanos, el gobierno estipuló un precio de prima sobre el valor nominal del bono entre 135 y 140 por ciento, por lo que tomando el promedio de 137%, el bono tenía que haber sido comprado a Bs. 5,09/US$, puesto que 2,15 x 1,37 = 2,94 y 2,94 + 2,15 = 5,09, en este caso la idea era que el Estado captara recursos superiores al valor nominal del bono, de esta forma por cada US$ 3.000 emitido a 5,09 se tenía el derecho a recibir Bs. 15.270, y se había emitido los US$ 5.000 millones, entonces el Estado tuvo que haber recibido Bs. 25.450 millones!, pero la banca, las casas de bolsas y las sociedades de corretaje se confabularon para llevar a cabo otro plan, inventando lo del “cambio implícito”, para el negocio del siglo, que funciona de la siguiente manera: Sacan una cuenta y dicen, tipo de cambio 2,15 x 1,37 (valor de la prima) = Bs. 2,94 por dólar, que es el precio que le ofrecieron a sus clientes para comprar los bonos, estos con los ojos cerrados tomando en consideración el mercado permuta así lo hicieron, y de esta forma quienes compraron la denominación minima de US$ 3.000, invirtieron Bs. 8.820 (US$ 3.000 x 2,94), luego de eso, el cliente como necesitaba los dólares y no el papel, firmaba o se comprometía, antes o después de la compra, en vender al intermediario financiero al 65% del valor del bono, por lo que al hacer tal cosa, recibía del banco o casa de bolsa US$ 1.950, por lo que si su inversión había sido de Bs. 8.820, a la final había conseguido dólares por Bs. 4,52 derivado de dividir Bs. 8.820 entre US$ 1.950, que eran mas barato que el mercado permuta, y al cual los intermediarios llamaron “cambio implícito”. Aquí ocurrieron dos cosas fundamentales:
La primera de ellas es que los intermediarios financieros se quedaban con el ticket de los US$ 3.000 que vendieron en el mercado financiero internacional por 85% en el peor de los casos, por lo cual entonces, recibieron US$ 2.250 “cash” del billete verde, de esta manera se ganaban US$ 300 por cada bono que era la diferencia entre el precio de compra al cliente (US$ 1.950) y el precio de venta al mercado internacional (US$ 2.250) y se emitieron US$ 5.000 millones, la vieja regla de tres indica, que los intermediarios ganaron como mínimo US$ 500 millones!, ¡el negocio del siglo XXI papa!, pero ahora eso no nos interesa tanto como la segunda cosa que ocurrió, que tiene que ver con el dinero que dejó de percibir el Gobierno por esta “malandra” práctica. En este contexto, si la gente adquirió el bono en Bs. 2,94/US$ que es lo que lleva finalmente los intermediarios al emisor, este solo recibió de la emisión de US$ 5.000 millones con prima promedio de 138% sobre valor nominal Bs. 14.700 millones! (2,94 x 5.000 millones) cuando por la prima anunciada, como dijimos anteriormente tuvo que haber recibido Bs. 25.450 millones! (5,09 x 5.000), todo esto ante los ojos de los propios altos funcionarios del BCV, Ministerio de Finanzas, y la Sudeban que permitieron que estos “malandros financieros” alteraran hasta la lógica matemática, e hicieron lo que les vino en gana. Es decir, el Gobierno dejó de percibir Bs. 10.750 millones!, mucho más de lo que necesita Fogade hoy en día para cubrir la garantía de los 750.000 depositantes del Banpro y Canarias que llega a Bs. 7.500 millones!.
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