La primera
versión que nos llegó de la I Convención Colectiva Única (CCU) para los
trabajadores universitarios, plasmaba claramente en su cláusula segunda del Capítulo
II, que la misma sería para la “transformación universitaria” en franca
violación de la vigente Ley de Universidades, es decir, a lo ¡mero mero macho,
pues!. De allí llamaba poderosamente la atención entre otras cosas, la cláusula
5 que reseñaba que el empleador, es decir, el gobierno socialista implementaría
los mecanismos necesarios del voto paritario para la elección de las
autoridades universitarias, algo que actualmente es una atribución del Consejo
Universitario por lo cual se trata de una burda intervención a las respectivas
Casas de Estudios, mientras que la 9 se refería a que la dichosa transformación
universitaria se haría para la construcción de la “patria socialista”, en otras
palabras el aumento de salarios ofrecidos a los profesores no era más que papel
de caramelo para instaurar en nuestras universidades el nefasto proyecto
socialista.
La semana pasada nos
hicieron llegar la versión última de esta CCU, destacándose en primer lugar la
inclusión -léase bien- de ¡65 cláusulas adicionales!, manteniendo el gobierno firmemente
lo de la transformación universitaria, la intervención del Consejo
Universitario para las elecciones de las autoridades plasmado en la 5, y
sustituyendo en la cláusula 6 lo de la patria socialista, por la enseñanza de
la “ética socialista”, de acuerdo a lo enmarcado en el Plan de Desarrollo
Económico y Social dela Nación 2013-2019, así aunque el mono se vista de seda,
mono se queda. Y para cerrar con broche de otro la cláusula 157, sostiene que durante
el primer semestre después
de la firma
de la Convención Colectiva
Única se debe convocar al
Congreso de los Trabajadores
Universitarios, cuyo objetivo sería la
constitución de un bodrio llamado: Federación Única Socialista, por lo
que fue el mismo gobierno quien politizó la lucha justas por reivindicaciones
salariales de los profesores universitarios.
En pocas
palabras estos artículos lo que representan en esencia es la intervención directa del gobierno en
nuestras casas de estudios superiores vulnerando con esto su autonomía,
plasmada no solo en la ley de universidades sino en el artículo 109 de la
Constitución Nacional. Ahora le decimos al gobierno de manera contundente que nosotros los
autónomos profesores universitarios congregados en más de 40.000 almas en
nuestra muy legítima Federación de
Asociaciones de Profesores Universitarios (FAPUV), que el gobierno no reconoce,
y gremio que ni siquiera fue invitado a
la discusión de esta nefasta CCU, ¡no daremos marcha atrás con lo del paro
indefinido! en defensa de los intereses de nuestras máximas casa de estudios,
así que pueden intervenirla a la fuerza cuando mejor le parezcan tal y como ya
está establecido en la presentada Convención
Colectiva Única.
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