viernes, 7 de junio de 2013

La eminente nueva devaluación ya está aquí, y solo falta que Finanzas y el Banco Central la hagan oficial: Bs. 9,30... La disparidad actual entre el tipo de cambio oficial y el negro de más de 300% obliga al gobierno a tomar la medida.


El rumor tomó mucha fuerza en las redes sociales, y cuando el río suena, en este caso no trae piedras como las de Sísifo, sino pura y siniestras ñascas, el gobierno en primera instancia ni se molestó en desmentirlo, jugando  a ver que decía el público de Don Francisco, luego Nico sostiene que no habrá, que es otro plan de desestabilización económica de la derecha, los gobiernos siempre hacen eso días antes para evitar que no panda el cúnico.  El de la Hojilla que ahora no corta los había dicho en su Silva-gate, “viene otra devaluación”, “la están pensando”, ya lo que le queda al gobierno es anunciarla de una buena vez, tal vez hoy en la tarde, aprovechando el juego de la vino tinto contra Bolivia para distraer la cosa, es viernes, que mejor día para hacer lo que ya todo el mundo espera, la nueva devaluación oficial a 9,30, el mercado ya se ha movido en ese sentido, ese será el estreno de la señora Betancourt en la Bodega Central, pero la anunciaría Merentes, Giordani se ríe.  

La devaluación a 6,30 del viernes 8 de febrero fue insuficiente, no se estimularon para nada las exportaciones no petroleras,  para el primer trimestre del año llegaron apenas a US$ 832 millones, representando más bien una caída de US$ 227 millones en comparación al primer lapso del pasado año cuando rayaron en los US$ 1.059 millones. Las importaciones tampoco se frenaron, casi US$ 14.000 millones para el primer trimestre 2013, estas fueron de US$ 13.716 millones en mismo lapso de 2012. La devaluación chucuta de 6,30 tampoco ha podido financiar el incombatible déficit fiscal, pero la razón por la cual el gobierno está obligado a devaluar, tiene que ver con el negro, más de 300% en el mercado afrodescendiente sobre el tipo de cambio oficial, lo que está impulsando la inflación y el desabastecimiento. Esta devaluación cualquiera que sea también será chucuta  para poner las cuentas en orden con ese monstruo  de mil cabezas llamado presupuesto de la nación, vienen los tiempos difíciles, que Dios nos agarre confesados, convictos y confesos.   

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