Como sabemos el
convenio cambiario Nº 20 de mediados del pasado año, autorizó en nuestro país los
depósitos en divisas, señalando que las
personas jurídicas no domiciliadas en el territorio de la República que le estuvieran
chupando las medias el gobierno en proyectos de inversión pública para el
desarrollo de la economía nacional, podrían
mantener en cuentas de bancos universales fondos provenientes del exterior en
moneda extranjera, lo quiere decir que las compañías rusas, chinas, iraníes,
brasileras y argentinas, entre otras, podían
traer sus dólares desde afuera y
depositarlos en Venezuela, para luego retirarlos en bolívares de manera parcial o total, según
su conveniencia para la respectiva inversión exigida por el gobierno. Ahora en un país en donde todo el mundo
esperaba la crónica de una devaluación anunciada, es lógico suponer que se
traigan muchos dólares de afuera para sacar una ganancia al diferencial
cambiario, lo único que no se sabía era el cuándo, pero con una jugosa comisión
la información privilegiada corre para el momento oportuno. De esta manera,
todas aquellas empresas extranjeras en Venezuela que sabían de ese instante
pertinente se trajeron los dólares que
pudieron desde el exterior y miren lo que consiguieron.
Traslados de
depósitos en Venezuela por US$ 1.000 millones, puesto que el convenio Nº 20 no
colocó limites en este sentido,
significaban depósitos en el país por Bs. 4.300 millones antes de la
devaluación, una vez dada esta a 6,30, tales se convirtieron inmediatamente en Bs.
6.300 millones, lo que originó una ganancia ¡en sólo un día de Bs. 2.000
millones hasta los teque teque!, los cuales serán invertidos en el
país para así cumplir con el gobierno, con la salvedad que se llevan al exterior de nuevo los US$ 1.000 millones
que acababan de trasladar, es decir, ¡el negocio del siglo donde el gobierno lo
pone todo! Esa fue netamente la razón por la cual tanto para las personas
naturales como para las jurídicas venezolanas estaba negado este hecho, es
decir no podían traer sus verdes desde el exterior, pero una vez ya hecha la
devaluación sale el estúpido de Merentes a ofrecernos como ciudadanos de
segunda por detrás de extranjeros tal cosa, anunciado el mismo viernes rojo ahora
sí, la transferencia de fondos propios venezolanos depositados en instituciones
extranjeras de las cuales se sea el titular, así como remesas de familiares residenciados
en el exterior y pensiones y jubilaciones originadas afuera, pero sólo hasta un
máximo de US$ 2.000 mensuales en efectivo, lo que indica que las restricciones
continúan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario