El primero de
febrero de este año, una semana antes de la devaluación, el dinero circulante
en la economía, es decir, monedas, billetes, cesta ticket en poder del público, así como depósitos a las
vista y de ahorros transferibles era de
¡Bs. 672.927 millones!, mientras que la liquidez monetaria total al incluir el
cuasidinero como bonos quirografarios había llegado a la astronómica cifra de ¡Bs.
697.077 millones! En ese momento, las reservas internacionales de la Bodega
Central de Venezuela rayaron los US$ 28.799 millones, lo que evidenciaba que a
un tipo de cambio de Bs. 4,30 por verde se tenían Bs. 123.836 millones, de esta
manera las reservas de la BCV sólo
cubría el 19% del dinero circulante y el 18% del total de la liquidez
monetaria. Ahora con una devaluación del 47% que llevó la paridad cambiaria a
Bs. 6,30, las reservas ahora se
convierten en Bs. 181.433 millones, por lo que la Bodega Central sólo respalda
el 27% del dinero circulante y el 26% del total de la liquidez monetaria en
poder del público. En otras palabras, se trata de una devaluación como tanta
veces se ha dicho “chucuta”, que en nada resuelve el problema del dinero
inorgánico de la economía (sin respaldo del BCV) de Bs. 491.494 millones en el
caso del circulante monetario y de más de ¡Bs. 500.000 millones! en el caso de
la liquidez total, factor siempre
determinante en la era inflacionaria que experimente el país. Ahora lo más preocupante de este asunto, es
que verdaderamente las reservas internacionales son escasas ahorita en el país.
Veamos el siguiente análisis.
Para diciembre
2012 el ente prestor terminó con US$ 29.887 millones, de los cuales, US$ 19.986
millones lo representa el oro, es decir, el 67% del total. De esas reservas
auríferas US$ 17.208 millones están en la bóveda de la Bodega Central y US$
2.778 millones aún permanecen fuera, donde se quedaran, se quedaran como el alé
limón. Ahora, de las que están en el
interior de la BCV, nosotros mantenemos la tesis que las únicas que tienen
valor en el mercado internacional son aquellas que tienen el famoso sello Gold
Delivery, allí estamos hablando de unos US$ 8.808 millones, mientras que los
US$ 8.400 millones restantes son puro oro cochano que no vale para ningún juego
internacional, todo lo cual significa que el BCV para poder contar con aquellos
casi US$ 9.000 millones debe regresarlos al exterior para que valgan como tal.
Esto es lo que hay, porque las disponibilidades del Banco cerraron en diciembre
en US$ 4.515 millones, que duraran lo que dura un gas en un chinchorro, mientras que los Derechos Especiales de Giro
(DEG) que no son reservas liquidas se valorizaron US$ 3.441 millones, en estas
cuentas el total de oro, las disponibilidades y los DEG representan el 94% de
las reservas internacionales de la BCV, como para coger ¡palco!
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