La Gaceta Oficial Nº 39.454 del
28 de junio de 2010 había publicado la Resolución Conjunta de los Ministerios
para el Poder Popular del Comercio (el niñero Jaua); Agricultura y Tierras (el
pistolero Loyo), Alimentación (el Osorio) y Salud (la cuestionada Sader), por
la cual se prohibía la venta o cualquier otro medio de intercambio, a través
del comercio informal, ambulante y eventual, de los productos para el consumo
humano declarados de primera necesidad donde no se garantizará el cumplimiento
de los precios establecidos por el Ejecutivo Nacional. Mucha gente en su debido
momento aplaudió la medida, porque realmente era una estafa como lo es ahora,
lo que están haciendo los buhoneros con tales productos, pero vino una gran
mano peluda y echó la medida para atrás en menos de una semana después de haber
entrado en vigencia por los mismos que
la habían hecho efectiva a través de la Gaceta
Oficial Nº 39.459 del 6 de julio de 2010.
Dos
hipótesis salieron a relucir en su momento buscando las razones por las cuales
el gobierno echó para atrás como el cangrejo la medida, la primera de ellas es
que mucha gente vive del comercio informal de esos productos y se acabarían los
llamados “mercados populares”, eso en el ámbito social, en otra dimensión la segunda razón provendría
de una casta militar que tenía sus negocios bien onerosos con los buhoneros
quienes eran los que le conseguían la mercancía, pero como la cosa hoy en día a
llegado a niveles descarados e intolerables hasta para el mismo gobierno, una
vez se saca un decreto presidencial para combatir este flagelo, publicado en la
Gaceta Oficial del pasado 24 de octubre.
Allí se
establece que entre los productos alimenticos que no se pueden vender más de
manera informal son las papas y los tomates, mientras que la cebolla que es la
más cara de todas sí, al igual que el pimentón, la zanahoria, remolacha, el
calabacín y otras verduras. Del mismo modo, el decreto dejó por fuera los
quesos y la leguminosas como las caraotas y los plátanos. Es decir, los llamados mercaditos vierneros, sabatinos
y domingueros pueden vender estos últimos productos sin problema a excepción de
las papas y los tomates, y quien controla lo que es incontrolable, ni el
Chapulín Colorado. En esta oportunidad
el decreto de Oscuro que cree que con eso combatirá la especulación, se
extiende y ahora incluye también los productos para la higiene personal y los
productos para la salud, es decir, todo aquello que no se consigue en los
anaqueles formales de comercio, cosa que con el decreto el gobierno está
admitiendo echándole la culpa a los buhoneros por su negligencia en la
conducción del acontecer económico, algo que advirtió el monje Giordani en su
famosa carta. Veamos cuánto dura la medida como la otra, y si es capaz Oscuro
de mantenerla a pesar de la presión del ramo buhoneril y militar, aquí como ya nos tiene acostumbrado
el gobierno la medicina puede ser peor que la enfermedad incrementándose con
esto en el mercado negro de los productos que ahora ni siquiera se verán.
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