El oro comenzó a llegar, entren que caben cien, cincuenta lingotes parados, cincuenta lingotes de pie, Merentes dijo que en este primer lote han llegado unas 18 toneladas del metal, por lo que según el punto de cuenta presentado al presidente Chávez a principios de agosto de este año, aún faltaría traerse otras doscientas. Ahora, que siga entrando este oro a las bóvedas de la Bodega Central de Venezuela traído desde el exterior para que pierdan su valor.
En la actualidad las 212 toneladas de oro que tenemos en el exterior, según la onza de metal a US$ 1.692 tendrían un valor de US$ 11.500 millones, puesto que estarían afuera unas 6.796.104 onzas, según aquel punto de cuenta antes citado (6.796.104 x 1.692 = 11.500), pero como su nombre lo dice, estas son reservas internacionales, y para ser catalogadas como tal, tienen que estar en el extranjero, porque allá es donde valen los US$ 11.500 millones que estamos comentando, no en las arcas de la Bodega Central, allí no valen nada a pesar de que tengan el sello Good Delivery, lo que significa que han cumplido con los estrictos requisitos de calidad para poder ser comercializado en cualquier lugar del globo. En este sentido, solo los miembros de la London Bullion Market Association (LBMA, en español: Asociación del Mercado de Barras de Londres) son los únicos que aseguran el valor de estas reservas, y Venezuela no pertenece a dicha asociación, a diferencia de Brasil que a través de la AngloGold Ashanti Mineração Ltda y Umicore Brasil Ltda, al igual que México con las Met-Mex Peñoles, S.A., que si pertenecen, podrían dar fe de la existencia de tal oro, no la Bodega Central que tenemos aquí que dirige ese pendejo Kinomatemático. Supongamos que por una crisis de divisas necesitemos ese oro, lo primero que habría que hacer es llevarlo al exterior para demostrar el sello, ¿cuánto tarda eso?, miren todo lo que ha tardado trasladar a Venezuela apenas 18 toneladas desde que Chávez dio la orden, ¡más de tres mese!, de aquí allá en una emergencia en un traslado de más de 200 toneladas de nuevo al exterior nos hundiremos sin duda como el Titanic.
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