Merentes al canal Estado insistió el pasado viernes que la especulación del tipo de cambio permuta se derivaba esencialmente porque no conocía la oferta y muchos menos la demanda de ese mercado, es decir, tal cual como funcionó el SITME en su tres primeros días de ensayo!, en una suerte de frase clásica del filosofo Eudomar Santos de Por Estas Calles, de que “cómo vaya viniendo, vamos viendo”. Así las cosas, en eso tres primeros días la gente no sabía nada y los bancos a los que fueron menos todavía, a estos apenas le había llegado un borrador del Reglamento por parte del BCV que en día de ayer se hizo oficial, donde se decían algunas cosas, como un tope máximo de US$ 5.000 anuales para las personas naturales, y US$ 4,2 millones anuales como máximo para las empresas, y debido a eso la gente se abstuvo en participar, a excepciones claro de los ya desesperados importadores y los amigotes de siempre del Gobierno. Este fue un mercado en donde no se conoció a ciencia cierta la oferta, es decir cuales bonos en dólares habían llegado al SITME, y muchos menos la demanda, cuales se compraron, porque el sistema que según costó US$ 700.000 dólares nos da resultados específicos, bajo este escenario desde la perspectiva de Merentes el precio de compra fue totalmente especulativo porque no se conocía nada de nada.
Una cosa importante de este sistema, es que a la gente lo único que le interesa según el arqueo que hemos hecho y las llamadas, correos, y mensajería de texto recibidos, es ¿cuanto y cuando, dólares van a recibir por los bonos que se compren?, suerte, de que “como quedo yo ahí con los verdes”. Ahora bien, la gente ya sabe que lo único que tiene que ver es la cotización del bono en dólares que no publica el BCV, y que por lógica le tendría que decir el banco intermediario, en esta sabiduría popular, los clientes sabrán que tendría que comprar un bono que se cotice alto para que le den mas dólares, y no será el que el banco ofrezca, sino el que el cliente este interesado, la gente no es ninguna retrasada mental como creen los bodegueros del BCV, esto podría trancar el juego si no existen bonos de alta cotización y predominen en el SITME los bonos basura, o que el intermediario le obligue a comprar un bono que no quiere. No suficiente con eso, la normativa que podría hacer terminar de fracasar el sistema, es esa que de manera informal se sostiene que en más de una semana (6 días hábiles como mínimo) es cuando los compradores podrían convertir sus bonos en efectivo depositado en una cuenta en el exterior, pero si el mismo baja de precio en ese lapso de tiempo, se lo lleva el diablo como Popeye!. Veamos un ejemplo de lo que podría pasar con un empresario bajo esta condición que compre por ejemplo US$ 300.000 de un Global 14 cotizado hoy en promedio en 82,41% en bolívares y en 73,75% en dólares, a un tipo de cambio incluyendo la comisión de Bs. 4,85/US$.
Esto indicaría que compró en el SITME los US$ 300.000 por Bs. 1.199.065 (US$ 300.000 x 0,8241 x 4,85), en este caso, si hoy logrará cambiar esos US$ 300.000 en bonos en efectivo, según la cotización en dólares recibiría US$ 221.250 (300.000 x 0,7375), por lo que su tipo de cambio implícito fue de 5,42 (Bs. 1.199.065/US$ 221.250), pero si dentro de los seis siguientes días, el bono en dólares se derrumbó a 60% porque digamos se nacionalizó Polar, el comprador solo recibirá entonces US$ 180.000!, allí su tipo de cambio implícito será de Bs. 6,66 (Bs. 1.199.065/US$180.000), lo que sin duda influirá en sus costos para colocar el precio de su mercancía que finalmente adquirió con un tipo de cambio del 55% por encima del tipo de cambio oficial de 4,30, a todas estas Bloomberg, podría comprar ese bono a precio de gallina flaca y esperar su vencimiento dentro de cuatro años para que se lo paguen al 100% mientras cobra sus intereses en ese lapso de tiempo, como se ve el negocio del siglo XXI para los santitos de Wall Street.
No hay comentarios:
Publicar un comentario