Recientemente
le comentamos que el próximo presidente de Venezuela debe asumir pagos de deuda
externa para el sexenio que viene por
más de US$ 11.000 millones ¡por ahora! , y hasta “ahora” el mayor perfil
de cancelación de principal de deuda sigue siendo el año 2027 con US$ 4.181
millones donde se encuentran los US$ 4.000 millones de bonos Globales 27 que se
emitieron fraudulentamente durante el año 1997 en el gobierno del difunto
Caldera y que representan los únicos bonos sobrevivientes de la Cuarta
República. Le sigue a ello US$ 3.254 millones que se vencen en el 2026 que incluye
allí la emisión de los US$ 3.000 millones de los Giordanos 26 emitidos en
octubre 2011, cerrando el año 2019 como el tercer mayor vencimiento de deuda
externa con casi US$ 3.000 millones, que involucra US$ 1.500 millones de los
Globales 19 emitidos en el 2009, luego siguiendo este orden, están los US$
2.857 millones que vencen en el 2020; los US$ 2.753 millones que expiran en el
2024 y los US$ 2.542 millones que vencen en el 2018, etc. etc. etc.
Pero
extrañamente en estas cuentas el Ministerio de Planificación de Finanzas para
el Endeudamiento Masivo, contabiliza un vencimiento extraño de deuda externa de US$ 5 millones entre los años 2032
y 2033; de US$ 3 millones entre los años 2035 y 2037 y de US$ 7 millones que
expiran entre el 2039 y 2045. De este vencimiento de la deuda externa de largo
plazo, nosotros solo tenemos la certeza
de la que expira en el año 2038, que fue aquella oferta combinada de bonos
emitida en noviembre de 2007 que denominaron El Venezolano I, cuya fracción de US$ 1.000 millones vence en
ese año, bono que luego fue reabierto más tarde en US$ 250 millones
adicionales, pero esa extraña deuda con sus montos y fechas de vencimiento
antes señalada, representa todo un enigma, puesto que desconocemos en realidad
cuando fue emitida, o de que se trata esta deuda, eso es algo que debe
responder Giordani, pero le apostamos medio contra real que el esperpento
llorón tampoco sabe.
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