martes, 19 de junio de 2012

En menos de un mes emitieron los Bs. 7.000 millones de los bonos Fonden-agro, como siempre con la “bendita” comisión y como siempre ocultando el BCV las agencias bancarias favorecidas

             No habíamos terminado nosotros de decirle que lo que hay detrás de la emisión de los Bs. 7.000 millones en bonos agrarios del Fonden no es otra que el negocio de la “comisión”, cuando ya fueron emitidos más rápido que inmediatamente  la totalidad de los bonos anunciados, algo  que en verdad fue más rápido que flash. El asunto comenzó el 10 de mayo con una primera emisión de Bs. 1.400 millones, para seguir a la semana siguiente con Bs. 2.000 millones e igual cantidad para la semana subsiguiente, completándose la emisión de los 7.000 millones con la subasta del pasado 31 de mayo por Bs. 1.600 millones, todas con un cupón del 9,10% anual, especificándose que Bs. 1.400 millones se vencerían en el 2015; Bs. 2.800 millones  en el 2016 e igual cantidad para el 2017, todo lo cual le generará al sector bancario una dádiva de intereses de Bs. 2.675 millones en tres años, especificado de la siguiente manera: Bs. 382 millones para los bonos a vencerse en el 2015 (1.400 x 0,091 x 3); Bs. 1.019 millones para los bonos 2016 ( 2.800 x 0,091 x 4) y Bs. 1.274 millones para los Fonden-agro 2017 (2.800 x 0,091 x 5).

Y decimos dádiva, porque como lo dijimos en su debido momento el sector bancario el pasado año no solo cumplió con su cuota con la cartera agrícola para préstamos del sector, sino que la excedió en más de Bs. 10.000 millones, cuando cálculos de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario que aún dirige el “pare de sufrir” Behrens, estipularon  Bs. 38.442 millones de préstamos para el sector agrícola algo que representaba el 24% del promedio de las Carteras de Créditos Brutas de los años 2009 y 2010, y este terminó otorgando Bs. 49.106 millones para el cierre de diciembre 2011. En estos bonos Fonden-agro los personeros gubernamentales se metieron en sus bolsillos una comisión nada despreciable de cómo mínimo 35 palos (Bs. 7.000 millones x 0,005), a raíz del cobro por sus servicios patrióticos a la nación como chismear información de los bonos e influir en el dedo de alguien para que sus clientes lo pudieran adquirir. Por otra parte, tenemos que resaltar el hecho de que la  Bodega Central de Venezuela como suele ocurrir en este tipo de transacción oculta entre los resultados las agencias bancarias que fueron favorecidas, tanto del sector público como las del sector privado. En conclusión, esto es un nuevo tipo de la maldición que siempre nos acompaña en la deuda pública.     

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