Para diciembre de 2012 las disponibilidades en
divisas de la Bodega Central de Venezuela habían cerrado en US$ 4.515 millones,
producto de Bs. 19.365 millones a una tasa de cambio de Bs. 4,2893/US$. Seis
meses más tarde, es decir, en junio de 2013
dichas disponibilidades se ubicaron en US$ 3.127 millones ya que por
producto de la devaluación a Bs. 6.30 los Bs. 19.649 millones registrados
representaron esa cifra, tales disponibilidades cerrarían el año en unos
alarmantes ¡US$ 1.454 millones!, ya que esta vez sin devaluación alguna el
registro en bolívares pasó a Bs. 9.145 millones, lo que había significado una
reducción de más del 50%, desde entonces el gobierno juega con fuego ya que las
disponibilidades en divisas corresponden
a las tenencias de la BCV en moneda extranjera, depositadas en sus bóvedas y a
la vista en instituciones financieras del exterior, en otras palabras son los
dólares en efectivo que la Bodega Central dispone para el pago de importaciones
y deuda externa. Al cierre del primer
semestre de 2014, el saldo de las disponibilidades en divisas se ubicó en US$
1.752.120 millones, lo que significa una reducción de 44% con respecto a los
niveles de junio de 2013 y de más del 60% en comparación a los de diciembre de
2012.
En cuanto a
las inversiones en divisas estas apenas sobrepasan los US$ 600 millones, de los cuales US$ 500
millones representan el aporte al capital suscrito y pagado del Fondo
Latinoamericano de Reservas (FLAR), así como los de las reservas estatutarias y en pesos andinos;
lastimosamente en estas inversiones de divisas aparecen US$ 90 millones en
adquisición de títulos extranjeros y US$ 22 millones de depósitos en bancos
internacionales, lo que significa que aquel famoso cuento de la cuarta
República y parte de ésta sobre que se hacía con los intereses de las reservas
internacionales del país ya no existe. Aquí hay que recordar si irnos muy lejos
que en diciembre de 2010 las inversiones de divisas eran más de US$ 6.000
millones, representados en más de US$ 4.000 millones depositados en banco del
exterior y se tenían casi US$ 2.000 en inversiones en valores públicos
extranjeros, es decir, aquellos tiempos de papá con su cacharrito y mamá con su
latica de diablitos underwood es lo que ¡no volverán!
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