Cuando uno
escucha al nuevo vicepresidente del Área Económica, Rafael Ramírez -quien le
serruchó el puesto a Nelson Merentes- decir, que "la economía venezolana
dispone de todas las divisas que requiere para su funcionamiento” o que “tenemos
los recursos para soportar esta ofensiva", y lo del asunto de la guerra
económica o del saboteo económico, y
otras pajas locas más, vemos que lo que se trata es de pura sandeces populistas
para ocultar la gran verdad de que la divisas están gota a gota. Recientemente
habíamos afirmado que en comparación a los tres primeros trimestres del pasado
año el sistema alternativo de divisas tenía un déficit de más de US$ 6.000
millones, toda vez que entre enero y septiembre de 2012 el Sitme entregó US$
7.722 millones mientras que el Sitme/Sicad para el mismo periodo de este año lo
hizo en US$ 1.400 millones. Ahora tomando en cuenta la palabra del gobierno de
que el mal nacido Sicad va a subastar US$ 100 millones semanales desde este miércoles
16 de octubre hasta lo que resta del año, y solo existiendo en ese periodo nada
más que 11 semanas, veamos como quedamos ahí en comparación al año pasado.
Durante todo
el 2012, la entrega de verdes a través del Sitme llegó a US$ 9.439 millones, lo
que significó el 23% del total de divisas otorgadas por términos legales en el
país, ya que la Bodega Central liquidó US$ 31.144 millones para un total de US$
40.583 millones que se utilizaron el pasado año. Ahora bien, si de enero a
septiembre de 2013 entre el Sitme y Sicad se otorgaron US$ 1.400 millones, US$
438 millones el primero y US$ 962 millones el segundo, y cumpliendo el gobierno
su palabra de que este segundo entregará
US$ 1.100 millones en lo que resta del año (100 millones x 11 semanas), que no
creemos, pero bueno, tendríamos que el sistema alternativo de divisas llegaría
este año a sólo ¡US$ 2.500 millones! (1.400
+ 1.100),como se observa un déficit de ¡US$ 6.939 millones! cuando lo
comparamos con el 2012. Entonces Sr. Troglodita Ramírez: ¿la economía
venezolana dispone de todas las divisas que requiere para su funcionamiento? o
¿tenemos los recursos para soportar esta ofensiva?, es decir, es el propio
gobierno el enemigo a vencer en la
guerra económica o el saboteo económico
que grita a los cuatro vientos.
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