El
endeudamiento complementario, es decir, una nueva forma de “La Maldición de
Sísifo”, comenzó en marzo de 2009, cuando el difunto Chávez la solicitó por Bs.
25.000 millones para financiamientos de proyectos y gastos corrientes del gobierno en vista de la bajada de los
precios del petróleo en que se vio
envuelto el país a finales de 2008, haciéndose notar que dicho monto equivalía
a un 80% más de lo contemplado en la ley de endeudamiento de ese año que se
había estipulado en Bs. 14.000 millones, lo que evidenciaba la gravedad de la
crisis. Sin embargo, no hubo otro endeudamiento complementario hasta el 2011,
año en que se solicitaron por esta nueva maldición Bs. 45.000 millones, que
significó el 86% de lo que podía endeudarse la república en forma ordinaria la
cual llegaba a Bs. 52.201 millones. Ese complementario de 45 palos estuvo
destinado según el gobierno para Vivienda: Bs. 10 millardos; Trabajo: 10
millardos; Agroalimentación: 10 millardos; Servicio de deuda Bs. 6 millardos;
Reestructuración y refinanciamiento de deuda: Bs. 4 millardos; y para la
emergencia por las lluvias Bs. 5 millardos, como se observa una inversión que
nada tiene que ver con el retorno de capital, sino simplemente para satisfacer
gastos ordinarios del gobierno no establecidos en la ley de presupuesto por
incompetencia de todos aquellos que laboran en esa materia (a excepción del
caso de las lluvias) , es decir, se convirtió entonces las fulanas leyes de
endeudamiento complementarios en sacarle las patas del barro al gobierno.
Con esta
connotación llegamos al pasado año, Bs. 30.000 millones más de endeudamiento
complementario, el 35% de lo contemplado de forma ordinaria que se estableció
para ese año en Bs. 87.000 millones. El mismo, sería utilizado para el pago
de “pensiones a más
de dos millones de
beneficiarios y al
pago parcial de los
pasivos generados por las prestaciones sociales a trabajadoras y trabajadores
del sector público”, algo que con irresponsabilidad súbita habían dejado por
fuera los burros que elaboran el presupuesto de la nación, para que estos
fueran gastos “ordinarios” del gobierno. Pero como los animales son los únicos
que chocan dos veces con la misma piedra, hoy en día se aprobó una nueva
maldición complementaria para el 2013 por Bs. 76.000 millones, que significan
el 80% de la contratación para este año ubicada en Bs. 94.732 millones, porque de nuevo el pago de las pensiones de
los viejitos del seguro social, así como el pago de los prestaciones sociales
de los trabajadores del sector publico despedido porque votaron por Capriles
que totalizan Bs. 44.000 millones de
nuevo no fueron contemplados en la ley de presupuesto ordinario de la nación,
así como tampoco fueron establecido en dicho presupuesto los 10 palos solicitados por la Gran Misión Vivienda Venezuela, el
resto se destinará a una de las cosas más corruptas de la deuda como es el
refinanciamiento y la reestructuración de esta, que el complementario establece en Bs. 22.500 millones, puesto que
esto se hace, se hace y se sigue haciendo y nada que baja la condená deuda, ni
su servicio.
Como se
observa este último endeudamiento al igual que los anteriores no tiene retorno
de inversión, algo que es mortal para un país, sino pregúntele a Grecia,
España, Italia y Portugal, pero lo más descarado de todo, es que este gobierno
esté utilizando a los viejitos del seguro social para hacer sus marramucias con el
endeudamiento del país, puesto que por segundo año consecutivo el presupuesto
de la nación no contempló el pago de los pensionados del seguro social, y la
solución es ¡endeudad!…¡endeudad!…¡endeudad!.., ya que el endeudamiento es la
gran panacea ¡Qué vergüenza!
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