Lo primero que
dijo la pasada semana el esperpento llorón de Giordani sobre el asunto chino en
la Asamblea Nacional fue que “supera los US$ 40.000 millones”, esto es siempre lo
que se hace cuando no se maneja a ciencia cierta las cifras involucradas, se
utiliza el término “supera”. Luego agregó: “que el Fondo Conjunto de
Financiamiento Chino-Venezolano, suscrito en noviembre de 2007, recibió hasta
el pasado 14 de septiembre un total de US$ 23.997 millones”, mientras que por el
Fondo de Financiamiento de Gran Volumen de Largo Plazo creado en septiembre de
2009 se recibieron gran parte de los US$ 20.000 millones”, sobre este último
nos referiremos de nuevo al final del
articulo con la idea de no confundirnos. Giordani continuó su peregrinar y sostuvo que
de los US$ 23.997 millones del Fondo Conjunto, se asignaron US$ 23.844 millones para la ejecución de 201 proyectos, señalando
que US$ 4.055 millones se destinaron a
proyectos en el sector agrícola para la escasez de tales productos; US$ 3.391
millones para el ámbito eléctrico para
que se siga yendo la luz en el interior del país; US$ 3.814 millones para transporte; US$ 2.192 millones para el sector industrial y 1.513 millones de
dólares para petróleo y minería porque Pudrevsa no tiene real, nótese que esta
suma hace un total de ¡US$ 14.965 millones!, lo que indica que el ministro no
tiene npi del destino de los restantes US$ 9.000 millones asignados, hablemos
de este Fondo.
Como se
recordará el primer “empréstito” con China,
esa era el término utilizado en el siglo XIX para describir los préstamos
onerosos y usureros que contrataban la nación, se oficializó en la gaceta del
18 de septiembre de 2008, y especificaba que el Fondo Conjunto de China y
Venezuela estuviera constituido por un préstamo asiático de US$ 4.000 millones que
recibiría el Bandes y un aporte del Fonden por US$ 2.000 millones. A ese
Fondo se le hizo una enmienda que
duplicó tanto el préstamo chino como el aporte del Fonden según la gaceta
oficial publicada del 21 de mayo de 2009, es decir, el Fondo Conjunto había
llegado a 12.000 melones verdes, y el mismo vencería 3 años después, donde los
chinos en total pusieron US$ 8.000 millones y el Fonden US$ 4.000 millones si
acaso. Como el Fondo Conjunto venció en
mayo de este año, se le hizo una segunda
enmienda, el cual nuevamente se constituye en US$ 12.000 millones, con la misma
dosis, una primera mitad de US$ 6.000
millones donde los asiáticos nos volverían prestar US$ 4.000 millones y el
Fonden again pondría US$ 2.000 millones,
esa primera mitad la colocaron como
Tramo A, mientras que el Tramo B estaría bajo los mismos montos. Ahora si el esperpento llorón que maneja las
finanzas públicas del país, nos dice que hasta el 14 de septiembre de este año de
ese Fondo Conjunto Enmendado dos veces se
recibieron US$ 23.997 millones, indica
con pelos y señales que la primera enmienda de los US$ 12.000 millones entraron al país, así como
los US$ 6.000 millones del tramo A de la segunda enmienda y los casi
US$ 6.000 millones del tramo B de esa misma enmienda, es decir, que por
ese lado ya hemos recibido de los chinos ¡US$ 16.000 millones!, mientras que el
Fonden “supuestamente” ha otorgado los US$ 8.000 millones restantes.
Aquí resalta
el hecho muy importante de que mientras en tres años el gobierno nacional gastó
los primeros US$ 12.000 millones del Fondo, de mayo a septiembre, es decir, en solo
5 meses de este año se gastaron en pleno año electoral los otros ¡US$ 12.000
millones!, dicho por el mismo ministro Giordani.
Lo otro que nos preocupa es que este tipo de acuerdo tiene corte “infinito”,
así se deja ver en la gaceta de la segunda enmienda cuando sostiene el punto
III del Articulo 3, que tras la exitosa culminación tanto del Tramo A como del
B, así como de su pago, las partes podrán acordar fases adicionales de
cooperación con respecto a tales Tramos, siendo el requisito sine qua non que todos los pagos de los tramos estén
totalmente cancelados, lo que quiere decir, que mientras se esté pagando se puede renovar
hasta el infinito y más allá este acuerdo, muy distinto a esto era el acuerdo
original que sostenía que el mismo vencía
cada tres años. Esta característica imperecedera del acuerdo es algo que se reafirma en el artículo 15 de la
segunda enmienda, cuando se sostiene que el condenado acuerdo expirará 3 meses
después de la última fecha en que todo el monto de los Tramos A y B adeudados
por el prestatario al prestamista sean
reembolsados en su totalidad, lo que significa que si eso ocurre en diciembre
de este año por ejemplo, para abril de
2013 nos podemos de nuevo enquesar con los chinos con otros US$ 8.000 millones,
mañana finalizaremos en torno al otro préstamo de los asiáticos por US$ 20.000
millones.
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