Visitó nuestro
país la pasada semana el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, quien
arribó a Venezuela el domingo de resurrección para reunirse con Elías “encapuchado”
Jaua, señalando el canciller que este encuentro es “para seguir afianzando las
relaciones con el gigante asiático”, sobre todo con la traición a la patria de
los acuerdos chinos, cierto Elías?
Como
se recordará el pasado marzo se renovó el Tramo A por US$ 4.000 millones, en
ese momento sacamos la cuenta de que por dicho Tramo según la gaceta oficial Nº
40.299 de fecha 21 de noviembre de 2013 teníamos que enviar a los amarillos
115.000 barriles diarios (b/d) de crudo, y denunciamos el hecho de que si
habían transcurridos 635 días entre la publicación de la gaceta y el 28 de
febrero de este año, fecha en la que se anunció la renovación del préstamo,
enviamos según los precios promedio de Venezuela un valor de US$ 7.302,5
millones a razón de 115.000 b/d x US$ 100 x 635 días, lo que significaba una
estafa para el país de más de US$ 3.000 millones porque los chinos sólo nos
prestaron US$ 4.000 millones, y en el peor de los casos a una tasa de interés
Libor internacional del 1%, referencial que siempre se tomó en cuenta para los
préstamos externos de Latinoamérica, a lo sumo deberíamos haber pagado 40 palos
de interés, pero no sigamos haciendo más leña del árbol caído, hagámosle al que
está por caer.
Nuestra
denuncia hoy más radica en el otro Tramo, el B, contemplado en la misma gaceta,
eso todavía no lo hemos renovado, pudieron hacerlo pero no ha sido así, a lo
mejor a eso vino Wang Yi, lo cierto del caso es que entre la publicación de la
gaceta de ese tramo hasta hoy vienes 25 de abril han transcurrido 691 días, lo
cual significan que hemos enviado al gigante asiático una bicoca de US$ 7.947 millones a razón de 115.000 b/d x
US$ 100 x 691 días, es decir, mientras que por el Tramo A nos prestaron US$
4.000 millones y pagamos US$ 7.302,5 millones, por el Tramo B nos prestaron los
mismos US$ 4.000 millones y hemos pagado ya casi ¡US$ 8.000 millones!, es decir
el doble del préstamo, y lo peor de todo
es que lo seguimos ¡pagando!, como dicen los gringos pagando y contando.