martes, 3 de septiembre de 2013

Edmée Betancourt se podría convertir en la “Snowden” venezolana... Si se la va el yoyo la multa es de Bs. 428.000 sin menoscabo de otras responsabilidades civiles y penales que pudiera tener

        Imagínense por un momento que Edmée Betancourt, viaje a Estados Unidos y decida soltar el yoyo sobre todo lo que encontró de su  pasantía de tres meses como presidenta de la Bodega Central, que creen ustedes que pasaría, pues que rápidamente el gobierno de Venezuela pediría su extradición y la comenzaría a tratar como traidora y criminal de la patria, y lo peor del caso es que el gobierno tendría razón. Así las cosas, el artículo 39 de la Ley vigente de la BCV sostiene que  el “personal del Banco Central de Venezuela, aun cuando hubiera cesado en sus funciones, debe guardar secreto de las informaciones reservadas y confidenciales de las que pudiera tener conocimiento. La infracción de dicho deber se sancionará, en el caso de los funcionarios y empleados del Banco, de acuerdo con lo que disponga el Estatuto de Personal de la Institución, el cual sostiene en su artículo 127 una sanción de pago de 4.000 unidades tributarias (Bs. 428.000) sin menoscabo de otras responsabilidades civiles y penales que pudieran tener.

Del mismo modo, el artículo 40 de la ley de la BCV sostiene que el Directorio de la institución podrá clasificar determinada información como secreta o confidencial, cuando de la divulgación o conocimiento público anticipado de las actuaciones sobre política monetaria, fiscal o financiera, pudieren derivarse perjuicios para los intereses generales (como por ejemplo la emisión descarada de dinero inorgánico para gastos de campañas electorales), y los únicos que tendrían derecho a esa información clasificada sería los miembros de las comisiones de la Asamblea Nacional, aunque el 92 ejusdem establece que el único que puede recibir esa información en la actualidad sería el Dios dao de Cabello, quien decidirá su difusión o no, entre otros diputados que a su vez, tienen la obligación de  guardar el secreto. Esto fue exactamente lo que pasó con Snowden, quien firmó muchos papeles para guardar “secretos de Estado” del cual tuvo conocimiento, pero al tipo se le fue el yoyo, se fue a Rusia  y ahorita es perseguido por el imperio como traidor a la patria y vino de safrisco el gobierno de Venezuela a ofrecerle asilo.

Ahora, ¿qué pasaría con la Betancourt si decidera hablar en franca violación con las leyes antes mencionadas, y el gobierno norteamericano le ofreciera asilo, que es lo mismo que le pasó a Snowden?, por eso señores revolucionarios reza el dicho que todo aquel que escupe pa´ arriba, la saliva le cae en la cara!!!, así que dejen la bobería con el caso Snowden, aquí la pregunta interesante sería que sabe la Betancourt más allá de su condena personal en prejuicio de todo un país, ¿eso vale Bs. 428.000?, la Betancourt, no hablará y será una de las tantas y tantos responsables de la hecatombe que cada día está más cerca, antes ni lo hacía, ahora menos!

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