Según el movimiento diario de
divisas de la Bodega Central, durante el primer trimestre del año entraron US$
6.618 millones, lo que muy extrañamente significó un aumento de casi US$ 2.000
millones en comparación al mismo periodo de 2014, cuando ingresaron a las arcas
de la BCV US$ 4.618 millones, esto llama profundamente la atención toda vez que
para este año el precio promedio del barril de petróleo nuestro principal
generador de divisas en el país fue durante este primer lapso de US$ 45 y de
US$ 96 para el mismo periodo del pasado año, lo que significa que en la
administración de Merentes, a mayor precio de petróleo menos entradas de divisas
para el país, y a menor precio del crudo mayores ingresos.
Siguiendo con los ingresos que van de este año, también llama
poderosamente la atención que con un precio deprimido en el petróleo, se tuvo
tres grandes ingresos de divisas: casi US$ 2.000 millones el 29 de enero; más
de US$ 2.000 millones para el 18 de febrero y US$ 1.618 millones el 27 de ese
mismo mes, todo lo cual significa que tales ingresos no guardan relación con la
actividad petrolera, lo que da a entender que el gobierno o está utilizando
algunos de sus activos en el exterior, o está haciendo uso del repele que queda
en el Fondo Chino y el Fonden, o está vendiendo más oro de lo anunciado o
está haciendo una extremada trampa en la
contabilidad de los ingresos del BCV, donde Merentes es todo un experto en esa
materia. De hecho al hacer una comparación con el mismo periodo del año pasado
los mayores bloques de ingresos fueron el 2 de marzo por casi US$ 1.000
millones; el 25 de febrero por US$ 708 millones y el 26 de enero por US$ 631
millones.
En cuanto a los egresos de
divisas el cuadro muestra que tales
entre enero y marzo de este año fueron de US$ 7.724 millones lo que indica que
se llevó por lo cachos a los ingresos con trampa y todo de US$ 6.618 millones, lo que originó un déficit
de divisas de más de US$ 1.000 millones, muy diferente a lo que ocurrió para el
mismo periodo de 2014, cuando unos egresos de US$ 4.403 millones produjeron por
las pestañas de un mosquito un superávit de US$ 215 millones ante unos ingresos
de US$ 4.618 millones, aprendiendo nosotros otra nueva máxima de Merentes que
en tiempo de crisis se gasta más y en tiempos de subidas de petróleo se gasta
menos.
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