El 30 de enero del año 2003, como
consecuencia del nefasto paro petrolero convocado por algo que en su
oportunidad llamaron la Coordinadora Democrática, las reservas internacionales
llegaron a su nivel mínimo histórico en toda la era Robolucionaria con US$
13.669 millones producto de US$ 11.082 millones de reservas ordinarias y US$
2.587 millones que estaban en el Fondo de Estabilización Monetaria (FEM), ahora
para el pasado 22 de julio de este año, las mismas llegaron a ¡US$ 15.475
millones!, de los cuales US$ 3 millones son sólo del FEM, lo que indica que estamos
a US$ 1.806 millones de imponer un nuevo nivel mínimo histórico en las reservas
sin necesidad de paralizarse toda la industria de la actividad petrolera en el
país, pero la pregunta que hay que hacerse es ¿qué tan real es ese monto de US$
15.475 millones?, ¿verdaderamente el país cuenta con esos escuálidos recursos?,
saquemos una cuenta.
El mayor renglón de las reservas
lo representa el oro, el cual para marzo de este año estaba valorado en US$
13.091 millones, de los cuales el 52%, es decir, US$ 6.807 millones tienen el sello
Good Delivery, el cual es el valor reconocido internacionalmente, lo que
significa que los restantes US$ 6.284 millones, es puro oro cochano sin valor,
lo que reduce las reservas reales a ¡US$
9.191 millones! (15.475-6.284), una cantidad alarmante de ¡Bs. 57.903 millones!
(9.191 x 6,30) que sólo cubre el 2% del total de la liquidez monetaria que
circula en el país ubicada en 2,703
billones de bolívares, todo lo cual significa que por primera vez en la
historia económica de Venezuela circulan
billetes y monedas sin ningún respaldo del Banco Central, puro papel y níquel
sin ningún tipo de valor, y eso que aquí estamos metiendo aquellos US$ 4.000 millones que entraron a las
reservas entre el 14 y 19 de noviembre de 2014 producto de la renovación del Tramo
B de la Segunda Enmienda de los prestamos chinos, en donde hasta el momento
hemos enviado para allá un petróleo valorado en unos US$ 1.500 millones
debiéndose aún el resto.